jueves, 24 de enero de 2008


Para Joy
(extracto de mi libro "Monólogo de una mina sola" - Ediciones B)

“Es leal, compañero y no me habla cuando tengo un día negro.
No se queja por la comida; festeja todo lo que le sirvo.
Deja limpia la tabla del inodoro y no estrangula el dentífrico”.
No usa mi champú neoyorquino.
Ensucia poca ropa, no hay que plancharle camisas
Si sale a correr, nada hay que lavar.
Festeja mis estupideces. Me hace sentir una reina.
No me juzga; no me malinterpreta.
Me entiende con solo mirarme. Se acerca o se aleja en sintonía con los vaivenes de mi humor.
Está siempre conmigo. Ya lo dije: es mi compañero.
No va conmigo al shopping ni me juzga cuando me agarra la compulsión y vuelvo a casa con cuarenta bolsas.
No protesta por tener que ir al super. Igual, a él le compro siempre lo mismo.
No critica mi trabajo, ni mi pelo, ni mis kilos de más.
Le gusta mi voz, mi olor y mi manera de caminar.
Es perfecto. No es un hombre. Es mi perro”.


2 comentarios:

Barone dijo...

Bueno, como bien lo dijo pappo (el Bardo de La Paternal) en el título de una canción suya..."es mi perro, es perfecto"

Barone dijo...

Ya me voy, porque tengo que laburar (bueo che, me tomé un descanso y de paso descargo con este blog, esta mal?). Pero antes de desvanecerme te cuento que esta mañana iba rumbo a mi oficina, con el auto por la calle Juan B Justo (John Sees Exactly, en inglés). En un semáforo paro y aburrido como estaba de escuchar en la radio las mismas jilipolladas de siempre, miro por el espejo retrovisor. La imagen era no sólo elocuente...era, como decirlo?...una postal de lo que es el tipo hoy: auto cero kilómetro, brazo izquierdo del tipo afuera, como acariciando la puerta del chiche deseado, con la otra mano acariciaba el rostro de una bella que iba al lado (segundo chiche) y que además ella le besaba un anillo, cual película de Robin Hood y Marian y en tanto desde atrás asomaba la cabeza uno de esos perrotes, un mastín no se de dónde. Pero caro, eso seguro. O sea...la cara del tipo lo decía todo: "soy dueño, soy feliz, todo esto me pertenece". Si en ese momento me daban a elegir entre ser la mina, el perro o el auto, seguramente elegía el auto. Arrancaba y me perdía raudamente en lontananza...no sin antes abrir las puertas al mismo tiempo que tomaba una curva cerrada, como para perder a semejantes pasajeros.
Esto es lo que hay alrededor. Ojo, también hay libros, buenos libros. Pero quién cuernos necesita buenos libros, verdad?. Nietzche tenia razón.