Para Joy
(extracto de mi libro "Monólogo de una mina sola" - Ediciones B)
“Es leal, compañero y no me habla cuando tengo un día negro.
No se queja por la comida; festeja todo lo que le sirvo.
Deja limpia la tabla del inodoro y no estrangula el dentífrico”.
No usa mi champú neoyorquino.
Ensucia poca ropa, no hay que plancharle camisas
Si sale a correr, nada hay que lavar.
Festeja mis estupideces. Me hace sentir una reina.
No me juzga; no me malinterpreta.
Me entiende con solo mirarme. Se acerca o se aleja en sintonía con los vaivenes de mi humor.
Está siempre conmigo. Ya lo dije: es mi compañero.
No va conmigo al shopping ni me juzga cuando me agarra la compulsión y vuelvo a casa con cuarenta bolsas.
No protesta por tener que ir al super. Igual, a él le compro siempre lo mismo.
No critica mi trabajo, ni mi pelo, ni mis kilos de más.
Le gusta mi voz, mi olor y mi manera de caminar.
Es perfecto. No es un hombre. Es mi perro”.
“Es leal, compañero y no me habla cuando tengo un día negro.
No se queja por la comida; festeja todo lo que le sirvo.
Deja limpia la tabla del inodoro y no estrangula el dentífrico”.
No usa mi champú neoyorquino.
Ensucia poca ropa, no hay que plancharle camisas
Si sale a correr, nada hay que lavar.
Festeja mis estupideces. Me hace sentir una reina.
No me juzga; no me malinterpreta.
Me entiende con solo mirarme. Se acerca o se aleja en sintonía con los vaivenes de mi humor.
Está siempre conmigo. Ya lo dije: es mi compañero.
No va conmigo al shopping ni me juzga cuando me agarra la compulsión y vuelvo a casa con cuarenta bolsas.
No protesta por tener que ir al super. Igual, a él le compro siempre lo mismo.
No critica mi trabajo, ni mi pelo, ni mis kilos de más.
Le gusta mi voz, mi olor y mi manera de caminar.
Es perfecto. No es un hombre. Es mi perro”.