domingo, 25 de mayo de 2008

ADICTA AL FACEBOOK





Tanto va el cántaro a la fuente (o una amiga a mis oídos) que me anoté en el Facebook. Una red “de amigos”, “relaciones laborales” y - ¿por qué no? – “encuentros fogosos”. Cuando, azorada, descubrí que había invertido tres horas de mi sábado en este sitio empecé a dudar de mi equilibrio emocional. Es que en el tiempo que le resté al laburo me hice “amiga” de famosos que no sé si son tales. Quizás sean hábiles impostores virtuales, con una fotito choreada de alguna página oficial.
Me conecté con apuestos caballeros que ofrecieron bajarme la luna. Y en una de esas sean asesinos seriales enmascarados en una imagen de cuando cursaban la universidad.
Me reencontré con amistades que hace años no veo. Ellos y yo sabemos que no vamos a caminar una cuadra para tomarnos un café pero acá en la laptop todo es más cómodo. Somos “amigos” virtuales. Nos saludamos con e-cards, íconos y fotos de antaño.
Mandé “regalos” por doquier: chocolates, flores, peluches y diamantes. Así cualquiera. Los cien pesos que tenía en la billetera siguen ahí, indemnes.
Hice tests para saber si soy fogosa, leal y a qué personaje de “Sex and the City” me parezco. Todo precioso: Facebook no me noquea como la psicóloga.
Facebook es adictivo, I know, pero no pienso hacer nada por liberarme de su embrujo. Si querés ser mi “amigo”, buscame en el sitio. Valeria Schapira con “c”, unite al grupo de adoradores de mis libros y mandame un Big Mac virtual. Al fin de cuentas, es gratis. Y quién sabe, puede que Romeo esté en la web.

jueves, 8 de mayo de 2008